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Director: Lic. Daniel do Campo Spada (2000-2010)
Cumplir con la misión:
Traer a los soldados de regreso a casa
Por Amy Goodman
Un
1º de mayo, el presidente de Estados Unidos se dirigió al país
y anunció una victoria militar. El 1º de mayo del año
2003, el Presidente George W. Bush vestido con un ajustado traje de piloto
de guerra ingresó con aire resuelto a la cubierta del portaaviones
USS Lincoln. Bajo una pancarta que decía Misión Cumplida,
Bush declaró: Compatriotas estadounidenses, las principales
operaciones de combate en Irak han finalizado. En la guerra de Irak, Estados
Unidos y nuestros aliados hemos triunfado.
Eso sucedió ocho años antes del día en que el Presidente
Barak Obama, sin traje de piloto y sin paso decidido y arrogante, diera
el sorpresivo anuncio de que Osama bin Laden había sido asesinado
durante una misión militar estadounidense (en un barrio residencial
de una ciudad de Pakistán, no de Afganistán, cabe remarcar):
Esta noche puedo informar al pueblo estadounidense y al mundo que
Estados Unidos llevó a cabo una operación que dio muerte a
Osama bin Laden, líder de Al Qaeda y terrorista responsable del asesinato
de miles de hombres, mujeres y niños inocentes.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán se ha transformado en la
más larga en la historia de Estados Unidos. Los noticieros informan
sumariamente que El Talibán dio inicio a su ofensiva de primavera
como si fuera el lanzamiento de la línea de primavera de una marca
de ropa. El hecho es que esta primavera viene dando señales de que
va a ser la más violenta de la guerra, o como me dijo el valiente
periodista Anand Gopal desde Kabul el martes: Cada año fue
más violento que el año anterior, por lo que sólo se
trata de la continuación de esa tendencia. Sospecho que lo mismo
se podrá decir del próximo verano. Muy probablemente sea el
verano más violento desde 2001.
Regresemos a aquel fatídico año. Poco después de los
ataques del 11 de septiembre, el Congreso aprobó dar autorización
al Presidente Bush para iniciar la guerra. La resolución fue aprobada
en el Senado con 98 votos a favor y ninguno en contra, luego fue aprobada
en la cámara baja con 420 votos a favor y 1 en contra. Ese único
voto contra la invasión a Afganistán fue emitido por la Congresista
de California Barbara Lee. El discurso de oposición a la Resolución
Conjunta del Congreso n° 64 que dio en la cámara aquel 14 de
septiembre debería ser de lectura obligatoria:
Me pongo de pie hoy con el corazón apesadumbrado, lleno de
tristeza por las familias y los seres queridos que fueron asesinados y heridos
en Nueva York, Virginia y Pennsylvania. Solo los más tontos o los
más despiadados no comprenderían el dolor que ha paralizado
al pueblo estadounidense y a millones de personas en todo el mundo. El 11
de septiembre cambió al mundo. Ahora nos acechan nuestros miedos
más profundos. Sin embargo, estoy convencida de que la acción
militar no evitará otros actos de terrorismo internacional contra
Estados Unidos. Esta resolución será aprobada aunque sabemos
que el presidente puede declarar una guerra incluso sin ella. Sin embargo,
por más difícil que sea esta votación, algunos de nosotros
debemos exhortar a la moderación. Nuestro país está
de luto. Algunos de nosotros debemos decir: retrocedamos un momento, hagamos
una pausa, tan sólo por un minuto, y pensemos bien en las repercusiones
de nuestras acciones de hoy, para que esto no se salga de control. Dudé
muchísimo acerca de esta votación, pero hoy logré hacerle
frente con sensatez. Durante el profundamente doloroso y aún así
muy bello servicio en memoria de las víctimas comprendí que
debía oponerme a esta resolución. Como dijo muy elocuentemente
un miembro del clero: En nuestras acciones, no permitas que nos convirtamos
en el mal que deploramos.
Diez años después de su valiente discurso, la Congresista
Lee, cuya postura contraria a la guerra se está convirtiendo cada
vez más en la norma, pretende la revocación de esa resolución
de guerra.
Esa resolución fue un cheque en blanco, Amy. Al leer la resolución
se observa que no estaba orientada a Al Qaeda ni a país alguno. Decía
que el presidente está autorizado a usar la fuerza contra cualquier
país, organización o individuo que considere responsable o
vinculado a los ataques del 11/9. Era un cheque en blanco que autorizaba
a usar la fuerza. No era una declaración de guerra, y sin embargo
desde ese momento hemos llevado adelante la guerra más larga de la
historia estadounidense hasta el momento, diez años, y aún
no hay definido un plazo para su finalización.
La Congresista Lee reconoce que Obama se comprometió a comenzar
una retirada significativa de tropas en julio. Pero, ¿qué
significado tiene la retirada de soldados en una guerra cuando permanecen
en el terreno una gran cantidad de contratistas militares? En este preciso
momento, los cien mil contratistas (a quienes muchos llaman mercenarios)
superan en número a los soldados estadounidenses desplegados en Afganistán.
Gopal afirma que: Estados Unidos es en realidad una fuerza fundamental
de inestabilidad en Afganistán. Esto se da en dos sentidos. Estados
Unidos y sus aliados se alían con actores locales como caudillos,
comandantes y funcionarios del gobierno que se han convertido en una verdadera
pesadilla para los afganos, en especial en el campo. Por otra parte están
las acciones militares, redadas nocturnas, irrupciones en los hogares de
la población, ataques aéreos, de eso se trata la vida cotidiana
bajo la ocupación.
El realizador de cine Robert Greenwald se asoció a veteranos del
ejército contrarios a la guerra para producir el documental Repensar
Afganistán, una serie de varias películas sobre la guerra
que se encuentra disponible en rethinkafghanistan.com. En respuesta a la
muerte de bin Laden, lanzaron una nueva petición para presionar al
gobierno a que traiga de regreso a los soldados. Lee apoya esta petición:
No exagero al afirmar lo importante que es para nuestra democracia.
Todas las encuestas demuestran que actualmente más de un 65 o 70
por ciento de la población está cansada de la guerra y entiende
que es necesario poner a nuestros jóvenes hombres y mujeres, fuera
de peligro. Se han comportado valientemente y bien. Han hecho todo lo que
les hemos pedido. Ya es tiempo de traerlos de regreso a casa.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística
de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Fernanda Gerpe y Democracy
Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 600 emisoras de radio y televisión
en inglés y en más de 300 en español. Es co-autora
del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios
en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde
Diplomatique Cono Sur.