TV en Línea homHome
Por Andrés Pescara.
En los últimos
años se dieron dos fenómenos paralelos y que parten de la
misma causa. El dólar alto permitió reorientar la economía
no solo hacia la sustitución de importaciones sino también
hacia un incremento importante de las exportaciones. La paridad cambiaria
permitió que nuestros productos sean altamente competitivos. Algunos
factores ya estaban dados (capital humano, capacidad ociosa, etc.) y otros
fueron aportados desde las administraciones nacionales de Eduardo Duhalde,
Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Los tres gobiernos peronistas
permitieron recuperar una orientación productiva, abandonando la
perversa economía de servicios posindustriales de Carlos Menem y
Fernando De la Rúa. Pero ese instrumento también juega como
elemento de transferencia de empresas a manos de Brasil, que dispone de
una mayor apreciación del Real y por ende un dólar más
barato.
Grupos como Vale, Carmargo Correa, Itaú, Votorantim, Companhia Siderúrgica
Nacional, Odebrecht, JBS y Marfrig, controlan cada vez más sectores
de la economía que van desde bancos, siderúrgicas y bancos
hasta frigoríficos y software. Desde el gobierno argentino aún
no se ha prestado atención al tema, sobre todo de cara a la pretendida
(al menos desde los discursos) formación de una burguesía
nacional. Pero lo que se debe tener en cuenta es que la nacionalidad de
las propiedades puede (en determinado momento) ser un factor estratégico
en situaciones de emergencia económica regional.
El MERCOSUR es el espacio de crecimiento en una economía de escala,
pero las asimetrías es algo de lo que no solo deben preocuparse Uruguay
y Paraguay sino también nosotros, cuando uno de los socios (Brasil)
es un gigante.
Mayo 2008-05-06
TECUM NOVO MundusNET
Libre repoducción con mención de la fuente.