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DAMASCO.- En un recrudecimiento inusitado de la resistencia, los sunitas
y los chiitas, distanciados durante siglos, se han unido con la intención
de entorpecer los planes de los ocupantes occidentales. Unido a un poder
de fuego de guerrillas que era inimaginado luego de un año de invasión,
han adoptado la impactante metodología de secuestrar civiles extranjeros,
a los que amenazan de muerte a cambio del retiro de tropas.
Tres japoneses fueron capturados y mostrados en videos en exigencia al retiro
de Japón de territorio iraquí. Aunque el plazo se cumplió
y los nipones no se fueron, fueron liberados para alivio de sus conciudadanos.
De todas formas, en las últimas horas fueron secuestrados otros dos.
Los cuatro italianos secuestrados no han corrido la misma suerte, ya que
uno de ellos fue ejecutado ante las declaraciones altisonantes del Primer
Ministro de ese país europeo, reafirmando su alianza con Estados
Unidos y la permanencia.
Un periodista francés fue liberado luego de unas horas y los alemanes
sospechan que dos ciudadanos de esa nacionalidad podrían haber fallecido.
Osama Ben Laden, en un comunicado difundido por la cadena de televisión
de Qatar, Al Jazzera ha ofrecido una tregua a los países europeos,
en tanto que reiteró su advertencia a Washington. Los norteamericanos
siguen enfrentándose con los musulmanes al apoyar la construcción
del muro con el que Israel pretende encerrar a Palestina usurpando territorios.
En los últimos quince días, los enfrentamiento entre las tropas
de invasión y la resistencia empieza a recrear el recuerdo de Vietnam.
Abril 2004-04-15 ©