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GRECIA.-
La Comunidad Económica Europea incorporó desde el 1 de mayo
a diez nuevos miembros, en su mayoría ex integrantes del desaparecido
bloque socialista. De esta forma, se agregan 75 millones de habitantes a
la confederación de veinticinco naciones que pretenden unificar sus
destinos mas allá de los nacionalismos que rigieron durante siglos.
Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Eslovenia, Chipre y Eslovenia, forman parte de la mayor
agrupación político económica detrás de los
Estados Unidos. Muchos de sus miembros comparten incluso la misma moneda,
que ha sido denominada Euro y todos usan un marco legal común que
permite el libre tránsito territorial. Comercialmente, todos los
productos pueden circular como si se tratara del mismo país.
Para evitar migraciones que desequilibren los estándares de vida,
la Comisión Europea, que ahora preside temporalmente el italiano
Romano Prodi, con su sede rotativa en Dublín, insertará una
importante cantidad de dinero para que pueda subir (artificialmente) el
nivel de vida.
Las políticas militares son coordinadas por la OTAN (Organización
del Tratado del Atlántico Norte), que políticamente controla
Estados Unidos (mas allá de algunos escarceos intranscendentes de
Francia y Alemania).
Previo a su incorporación plena que se acaba de concretar, los nuevos
países comunitarios fueron preparando sus estructuras para coordinar
políticas de calidad educativa y administrativa que permitan la asimilación.
El Tratado de Mastricht marca algunas reglamentaciones en control fiscal
que deberían respetar todos los miembros (algo de lo que se autoexcluyen
por propio peso Francia y Alemania, las potencias comerciales del continente).
Con mas voluntarismo que certeza, los líderes del Viejo Continente
pretenden convertirse en una alternativa político y militar a los
Estados Unidos. Los números y su dependencia hacen imposible certificar
esa posibilidad, que seguramente será el nuevo lugar de China (a
la que seguramente se adosarán los denominados "tigres asiáticos").
Los mas nostálgicos creen que se termina de esta forma con la Europa
dividida nacida tras la Segunda Guerra Mundial, donde en el marco de la
guerra fría las fronteras geográficas se convirtieron también
en barreras culturales.
Mayo 2004-05-01 ©