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MOSCU.-
El premier ruso Vladimir Putín ha propuesto cambios en la legislación
política y de libertad de prensa que hacen temer por un endurecimiento
de la frágil democracia de la ex superpotencia. Tras el cruel atentado
a la escuela de Beslan, donde casi cuatrocientas personas murieron al calor
de los separatistas chechenos y el ejército moscovita, pretende recuperar
la iniciativa política aunque en ello se pierdan espacios de práctica
cívica. Esgrimiendo problemas se seguridad, se arroga incluso el
derecho de ataques preventivos sobre pueblos o viviendas en cualquier lugar
del mundo en el que crean que se encuentran terroristas.
Aunque probablemente no tenga apoyo parlamentario, el mandatario quiere
que los jefes de las "provincias" (ex Repúblicas) sean
ratificados por los congresos regionales, pero propuestos por el jefe político
nacional, sin importar el voto popular. Eso sería un grave retroceso
sobre los derechos de la ciudadanía.
Los periodistas por ejemplo, podrían ser detenidos e interrogados
en circunstancias en las que "el Estado" crea que está
en posesión de información sensible. Por otra parte, las autoridades
pueden pedir inspeccionar el material antes de su emisión o publicación.
Esto será denunciado en los foros de libertad de prensa, que han
hecho omisión en el capítulo norteamericano, donde ello ocurre
desde el atentado a las Torres Gemelas.
Septiembre 2004-09-19 ©