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MADRID.-
Tras casi cuarenta décadas de terminada la dictadura de Francisco
Franco, donde murieron alrededor de 140 mil personas (incluídas las
víctimas de la guerra civil) en otras cuatro décadas. Los
crímenes permanecen impunes gracias a la cobardía de la clase
política que pactó con la monarquía para tapar todas
las miserias del pequeño país del sur europeo. El mediático
Juez Baltazar Garzón, que alcanzó notoriedad urgando en las
pasadas dictaduras latinoamericanas comenzó a abrir fosas comunes
y llamar a juicio a los presuntos responsables (de los cuales la mayoría
ya murió).
En la guerra civil con la que los militares de Franco derrotaron a la República
(última experiencia democrática de ese país) se produjeron
inimaginadas situaciones de violaciones a los derechos humanos, de las cuales
la iglesia católica fue cómplice. En un primer momento, la
Conferencia Episcopal de España negaba información de la que
dispone, pero al instaurar la teoría de los dos demonios, aceptó
a regañadientes y analizando caso por caso.
La magnitud de lo que empieza a desenterrarse de las miserias de la historia
del país ha tapado la creciente recesión que como una ola
gigante cubre la desfalleciente economía hispana. El horror de las
historias personales truncadas violentamente en medio de las disputas políticas
OCTUBRE 2008-10-04
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