WASHINGTON.-
El encuentro entre los presidentes de Estados Unidos y Brasil no es un encuentro
más, ya que se trata de las dos potencias americanas. Si se quiere,
los dos tractores continentales, tanto el del norte como el del sur. Al
mismo tiempo, ni Barack Obama ni Lula Da Silva son presidentes comunes en
la historia de estos países y ello le ha dado relevancia a la futura
política exterior de los sajones.
Lula Da Silva, erigido en vocero de la región, invitó a los
norteamericanos a reincorporarse al concierto de naciones de esta parte
del mundo, retornando en forma respetuosa, sin querer poner condicionamientos.
En una hora de conversación con la única presencia de los
traductores el sudamericano lo invitó a reiniciar relaciones de colaboración
con los gobiernos de Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia, que fueron destruidas
por su antecesor George Bush. La próxima Cumbre de las Américas
que se realizará en Trinidad y Tobago será la oportunidad
para estar cara con Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Raúl
Castro.
La interna norteamericana quedó manifiesta cuando Barack Obama aceptó
no solo la posibilidad de visitar Brasil sino también de conocer
el Amazonas, donde los cables reportan que manifestó que más
de un republicano querría que yo me pierda en la selva.
Cierta liberalización en las visitas que los estadounidenses podrán
hacer a Cuba fue el primer gesto de las medidas que el Gobierno de Whasington
dice estar dispuesto a hacer para ser reaceptado en una región en
la que las administraciones anteriores se encargaron de rechazar.
En cuanto a la próximo cumbre del G-20, coincidieron en llevar adelante
la defensa del libre comercio, a diferencia de Argentina, China, India y
Rusia que pretenden un mercado internacional regulado.
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MARZO 2009-03-14
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