WASHINGTON.-
El Presidente norteamericano Barack Obama dio a través de la emisora
estatal La Voz de América un discurso corto pero significativo con
motivo del año nuevo iraní, donde llamó a abrir un
nuevo capítulo en el marco de relaciones respetuosas. De esa manera
parece abrir un cambio en los últimos treinta años, donde
desde la Revolución de 1979 se miraron como enemigos. Whasington
fomentó el poderío de los israelitas de Tel Aviv como contrapeso
del supuesto poder de Teherán y alimentó la dictadura de Sadam
Hussein en Irak, al que después terminó colgando e invadiendo.
La relación entre Whasington y Teherán siempre fue tirante
luego de la caída de la dictadura monárquica del Sha Reza
Palevi que respondía a sus intereses. Desde la llegada al poder de
los islámicos liderados por el Ayatolah Komeini intentaron retrotraer
las cosas. Por ello armaron a Bagdad para que Hussein los derrotara en una
guerra entre vecinos que no tenía ningún sentido. Los persas
resistieron en soledad los embates y luego el propio Estados Unidos terminó
invadiendo a su aliado. El desarrollo económica iraní
se tradujo en una ciencia avanzada que llegó al punto de poder incluir
al país en el selecto grupo de naciones nucleares capaces de enriquecer
uranio. Esto tiene usos civiles, pero es altamente estratégico en
los planos militares.
George Bush siempre tuvo en su carpeta la invasión militar de la
nación más poderosa del Medio Oriente, aumentando la tensión
a niveles insospechados. Por eso, el mensaje del demócrata provocó
algunas tibias respuestas de los dirigentes iraníes, quienes dicen
que también tienen la mano abierta, pero que primera quieren ver
que Estados Unidos es sincero y es capaz de retirar sus tropas de
los territorios invadidos según dijo el Presidente Mahmud Ahmadinejad.
MARZO 2009-03-21
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