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BUENOS
AIRES.- El titular del Fondo Monetario Internacional Rodrigo De Rato realizó
una visita de apenas ocho horas a la capital argentina, en el marco de una
gira por varios países latinoamericanos. El destino fue incorporado
a último momento ya que no estaba en los planes, en un periplo que
incluyó Brasil, Chile y Uruguay. El funcionario y el Presidente Néstor
Kirchner cruzaron gestos diplomáticos y duros al mismo tiempo en
un impasse de la negociación con los acreedores de deuda externa
caída en default.
La primera gran sorpresa de los periodistas acreditados en el Aeropuerto
Internacional de Ezeiza fueron los guantes blancos con los que descendió
del avión, creyendo que en nuestro país hay malaria (una enfermedad
característica de países con varias generaciones afectadas
por la desnutrición), algo para lo que incluso se vacunó antes
de partir de Estados Unidos. Llama la atención que este español
piense eso de un país que alimentó al suyo durante una década
sin pedir nada a cambio, en el mismo momento en que el mundo le daba la
espalda al franquismo.
En su corta estadía sostuvo entrevistas con el Ministro de Economía
Roberto Lavagna y el Presidente de la Nación. En ambas ocasiones
reclamó un mejoramiento en la oferta a los acreedores externos privados
(bonistas), a los que les respondieron que eso es facultad de negociación
del Estado argentino. Hicieron especial énfasis en la decisión
estratégica de pagar sin comprometer la marcha de la economía.
El mismo discurso se extendió hacia el próximo acuerdo del
país con el propio FMI. (Al respecto, hay una fuerte revelación
en el próximo número de Agosto de ECO Informativo DigiTAL).
El Fondo procuró no hacer públicas su disidencias con la Casa
Rosada, por lo que su informe a la prensa fue escueto y poco profundo, dándole
al encuentro un matiz netamente protocolar.
Agosto 2004-09-04 ©