BUENOS
AIRES.- Volviendo sobre sus pasos de un par de años atrás,
en que pedía cárcel para los cartoneros, el empresario Mauricio
Macri pidió ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de
Buenos Aires que detengan a los piqueteros. Nuevamente candidato, y en plena
campaña electoral, el socio de López Murphy (con quien quiere
fundar el Partido Republicano, en obvia adhesión al Presidente de
Estados Unidos George W. Bush) se lanzó contra aquellos que nos
interrumpen el tránsito y nos hacen llegar tarde a nuestras citas.
En su oportunidad, quería detener a quienes juntaban cartones para
sobrevivir, porque ello iba en contra de sus intereses, ya que una de sus
empresas recolecta los residuos callejeros, cobrándole luego a la
Ciudad de Buenos Aires por las toneladas levantadas. La tarea hormiga le
quitaba kilos que para el significaban algunos miles menos de pesos en recaudación.
Insensible a la realidad de subsistencia, prometía prohibirles el
ingreso a la Capital e incautarles con la ayuda de la Policía sus
carros.
Alicia Pierini, titular de la Defensoría cumplió el trámite
formal de recibir la petición, aunque inmediatamente reconocidas
personalidades públicas rechazaron el gesto autoritario. Desde el
ex Presidente Raúl Alfonsín hasta el Juez de la Corte Suprema
Eugenio Zaffaroni dijeron que criminalizar los intentos desesperados de
quienes sobreviven en la marginalidad habla de un desprecio de la condición
humana que merecería ser explicado por el candidato de la derecha.
Agosto 2005-08-22 ©