DAMASCO.-
En una operación militar que duró dos horas y en la que no
se disparó ni un solo tiro, fue capturado el líder iraquí
Saddam Hussein, quien se escondía en un pozo de apenas dos metros
en el subsuelo de una choza ubicada a metros de una de sus viviendas.
"No disparen, soy Saddam Hussein", dijo un hombre con cabello
largo y descuidado y una frondosa barba canosa. Aunque en su mano tenía
un arma, no se resistió ante la detención de las tropas invasoras,
que en número de 600 efectivos habían rodeado el descampado
ubicado en su ciudad natal, Tikrit. Tras la captura, fue revisado por médicos
norteamericanos, que pretendieron determinar si era verdaderamente él
o alguno de sus dobles.
En las últimas horas, se supo que ha sido trasladado a Qatar donde
no ha respondido ninguno de los interrogatorios. A la pregunta de donde
tenía las armas de destrucción masiva, habría respondido
que esa era un mensaje inventado por Washington para justificar las invasión.
En principio, uno de los familiares de Hussein recibirá 25 millones
de dólares como recompensa por haber delatado su paradero, en el
cual fue encontrado con apenas dos ex funcionarios de tercera línea
de su gobierno, un par de ametralladoras y u$s 750 mil en efectivo.
Aparentemente estuvo allí desde que en abril las tropas de la coalición
occidental tomara su país, donde se camufló entre los campesinos
del lugar, sin ser reconocido. Se cree que pudo salir de Bagdad en una caravana
de coches viejos pasando delante de las propias tropas anglonorteamericanas.
El año anterior, el líder talibán de Afganistán
se fugó en moto de Kabul, por lo que no sorprende este tipo de episodios.
Un tribunal conformado por los países invasores juzgaría a
uno de los dictadores mas brutales que supo tener el mundo árabe,
responsable sin embargo de la modernización de Irak, que antes de
esta guerra se erigía como una potencia regional.
Diciembre 2003-12-16 ©