Europa se fractura ante política estadounidense.
WASHINGTON.- Los europeos no se ponen de acuerdo en el intento invasor de los Estados Unidos, quien hasta ahora era un aliado natural, a Irak. Los países importantes (Francia y Alemania) se oponen a lo que consideran un intento de imperialismo, ya que los observadores de la ONU no han encontrado lo que Washington denuncia. Las naciones pobres (España, Italia y Polonia) se alinean en forma automática con la política exterior de George W. Bush. Gran Bretaña, considerado un apéndice militar de la potencia americana tiene un grado de aceptación automática que la saca de análisis.
Los gobiernos de París y Bonn, al igual que Moscú, creen que si se invade aún a pesar de no existir pruebas en contra del régimen de Sadam Hussein, se estará tolerando una postura de gendarme mundial que no están dispuestos a cederle a los estadounidenses. Incluso, son los que mayores inversiones han hecho en Irak, desde la reconstrucción que se debió hacer desde la Guerra del Golfo una década atrás.
España, Italia y Polonia, de escaso peso dentro de la Comunidad Económica Europea ven a esta como una oportunidad de mostrarse aliados de Washington como forma de manifestar su despecho ante los líderes naturales del Viejo Continente.
Enero 2003-01-31 ©